EL ROMÁNICO RURAL.
Una ruta por el arte románico más modesto de Guadalajara.
También llamado "arte de la repoblación".
El sencillo Románico Rural prosperó en asentamientos rurales de escasos recursos económicos que se repoblaron desde los señoríos medievales.
¿A qué llamamos Románico Rural? ¿Cuáles son sus características?
¿Qué es lo que distingue a este tipo de románico? ¿Qué características arquitectónicas presenta? Descubre qué lo hace único con respecto a otras construcciones románicas
Leer este apartadoRuta del Románico Rural ¿Dónde están las joyas románicas de Guadalajara?
Descubre las obras más icónicas, desconocidas y bellas. Te presentamos dos recorridos con Atienza y Sigüenza como sendos epicentros de esta ruta por el arte románico.
Leer este apartadoMás románico rural en Guadalajara.
Te proponemos otros puntos de interés algo más alejados de la Sierra Norte. Conoce las joyas románicas del Valle del Río Dulce, la Alcarria o el Señorío de Molina
Leer este apartado¿A QUÉ LLAMAMOS ROMÁNICO RURAL?
Pequeñas construcciones. Sobrias y modestas, sin apenas ornamentación pero compositivamente armónicas.
Hablamos de un tardo-románico que coexiste con las primeras construcciones góticas urbanas. El románico rural continúa empleando atrios porticados, arcos de medio punto o ábsides semicirculares.
Todo ello, construido y tallado por los artesanos que repoblaron, desde los grandes señoríos, estos nuevos asentamientos rurales.
Para entender mejor el nacimiento del románico rural, es crucial considerar su contexto histórico. Tras la reconquista, la urgencia de cristianizar las tierras recién recuperadas se intensifica. Hablamos del siglo XII o incluso el XIII.
El levantamiento de iglesias en cada población, por pequeña que fuera, se convierte en una práctica común. Sin embargo, los fondos asignados para estas construcciones eran limitados.
El levantamiento de iglesias en cada población, por pequeña que fuera, se convierte en una práctica común. Sin embargo, los fondos asignados para estas construcciones eran limitados.
Así, Guadalajara, Soria y Segovia, cuyas zonas rurales tenían un escaso desarrollo económico, fueron algunas de las regiones donde más se llevó a cabo este estilo.
Concretamente en Guadalajara, es especialmente abundante en su Sierra Norte. Desde los señoríos de Sigüenza, Atienza y Molina, se enviaban colonos para poblar los pueblos cercanos, que eran más pequeños y dependientes social y económicamente de estos señoríos. De hecho, muchos consideran este románico rural como parte del "arte de la repoblación".
¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DEL ROMÁNICO RURAL?
Las edificaciones del románico rural destacan por su modestia y sobriedad, con escasa ornamentación pero una armonía singular. Estos templos son de menor tamaño que los románicos convencionales y están construidos principalmente en piedra labrada.
A pesar del auge del arte gótico, estas iglesias aún conservan elementos románicos como arcos de medio punto, ábsides semicirculares, canecillos o sencillas espadañas.
Por otra parte, y al ser repobladas estas áreas con muchos ciudadanos mudéjares, muestran una marcada influencia en este estilo, que se manifiesta especialmente en las celosías que adornan las ventanas de algunas capillas, así como en muchos de sus detalles ornamentales.
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RUTA POR LOS PUEBLOS DEL ROMÁNICO RURAL
En la parte noroeste de la provincia, encontramos la mayor concentración de ermitas de estilo románico rural.
En la Sierra Norte de Guadalajara se destacan varias construcciones que comparten la simplicidad, la austeridad y un leve toque mudéjar.
Entre los nombres más reconocidos se encuentran San Pedro, en Villacadima, San Bartolomé en Campisábalos o Santa Coloma, en Albendiego.
No obstante, hay muchas más joyas románicas en Guadalajara, dispersas entre los paisajes abruptos y rocosos de sus montañas.
Por eso, vamos a hacer un repaso del patrimonio románico de Guadalajara dividiendo la serranía en dos partes o rutas diferentes: una de ellas parte desde Atienza, mientras que la otra se centra en las ermitas situadas en torno a Sigüenza.
DESDE ATIENZA A LA SIERRA DE PELA
Comenzamos nuestra ruta en Atienza y es que, además de ser un excelente punto de partida, es uno de los lugares de la Sierra Norte que posee un mayor legado cultural y arquitectónico, por lo que merece en todo caso una visita por sí misma.
Fue tal la relevancia de Atienza en época medieval que, en su máximo apogeo llegó a albergar hasta doce templos.
Aunque en la actualidad sólo seis continúan en pie, son magníficos ejemplos del arte románico rural de los que, a continuación, detallaremos cuatro.
Santa María del Rey. A los pies del Castillo de Atienza
A los pies del castillo de Atienza, y frente al cementerio, Santa María del Rey es, posiblemente, uno de los ejemplos más puros de Arte Románico Rural que quedan en Atienza.
Ésta aún conserva partes originales de su construcción románica, como su ábside y portada, la cual adornan numerosas figuras que, aunque desgastadas por el tiempo, aún se suceden elegantes a lo largo de las arquivoltas.
San Bartolomé. Ejemplo de Iglesia porticada
Siguiendo con nuestra ruta por Atienza, San Bartolomé destaca como un excelente ejemplo de iglesia porticada.
Las construcciones de estas características fueron especialmente influenciadas por las regiones de Soria y Segovia, y muy canónicas durante la época románica.
En su interior, además de algunas muestras de arte sacro, alberga el museo paleontológico.
El ábside de la Santísima Trinidad
Un poco más alejada, encontramos la Iglesia de la Santísima Trinidad, que hoy en día alberga en su interior el Museo de la Caballada de Atienza, una de sus tradiciones más destacadas y, a la vez, una de las más antiguas de España.
Aunque fue reformada durante el Renacimiento en el siglo XVI, aún conserva un hermoso ábside de estilo románico.
El románico más allá de Atienza. San Andrés Apóstol, en Romanillos
Si estamos dispuestos a desviarnos un poco de nuestra ruta, podemos seguir hasta el pueblo de Romanillos, lo que nos tomará apenas 15 minutos para llegar a la Iglesia de San Andrés Apóstol.
Aunque es una de las joyas menos conocidas del románico rural, conserva dos elementos muy característicos de esa época: el pórtico y la portada.
Al igual que muchas otras obras del románico rural, sufrió reformas posteriores. Entre ellas, en este caso se añadió otra nave al lado sur de la planta original, lo que resultó en su galería y su pórtico ciegos. A pesar de ello, aún podemos apreciar los arcos de medio punto y los capiteles de las columnas.
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Santa Coloma de Albendiego. Uno de los iconos románicos de España
A tan sólo 20 minutos de Atienza, podrás llegar hasta Albendiego.
Fuera de su casco urbano, atravesando un viacrucis y un paseo arbolado, verás aparecer la espadaña de tres vanos de Santa Coloma, su principal icono románico.
Esta preciosa iglesia se encuentra junto al cementerio de Albendiego, rodeada por el Río Bornova y un puñado de campos de labor que completan una bella estampa.
A pesar de su fachada sencilla y su portada gótica tardía, no te dejes engañar: en su parte trasera se esconde el ábside que la ha convertido en uno de los iconos del arte románico de Guadalajara.
Presenta unas hermosas celosías en sus ventanas, divididas en tres partes por haces de columnas triples.
Como mencionábamos más arriba, los adornos geométricos que adornan estas ventanas son fruto de una marcada influencia mudéjar.
Estas ornamentaciones incluyen motivos como cruces de ocho puntas, que se asemejan a la Cruz de Malta. Por ello, algunas teorías atribuyen su origen a la orden de los Caballeros Templarios, aunque hay quienes afirman que fue construida por los Monjes Agustinos.
Independientemente de su autoría, es innegable la belleza y la originalidad dentro de las obras del románico castellano.
Campisábalos y el Mensario de San Bartolomé
Partimos de Albendiego por la carretera CM-101 y, tras recorrer unos 15 kilómetros de distancia, llegamos a la localidad de Campisábalos, la cual alberga otro de los tesoros románicos de la zona y, sin duda, uno de los mejor conservados.
La Capilla de San Galindo y San Bartolomé mantienen casi al 100% su estructura original románica. Construida en el siglo XII, San Bartolomé presenta la planta rectangular tradicional de una sola nave. En su interior sencillo, tras la portada, encontramos capiteles y celosías de piedra de influencia mudéjar.
Es digno de destacar también su ábside adornado con canecillos, un elemento ornamental muy representativo dentro del arte de las iglesias románicas.
Costumbrismo románico
Tareas como la siega, la matanza o la recolección propias de cada época del año quedaban plasmadas en estos mensarios o calendarios agrícolas de origen morisco
Elementos románicos únicos
La excepcional conservación del ábside de San Bartolomé nos permite apreciar sus canecillos tallados, característicos del arte románico.
Sin embargo, hay un elemento en el exterior que llama especialmente nuestra atención y que no encontramos en ninguna de las otras capillas que analizaremos.
Se trata de un friso arquitectónico que adorna uno de los muros exteriores. Conocido como mensario, este relieve representa un calendario agrícola que ilustra las labores tradicionales de los campesinos a lo largo del año, en función de las estaciones.
También se representan algunas escenas de luchas entre caballeros.
Al ser de origen morisco, la forma correcta de leerlo es de derecha a izquierda.
En el interior de la capilla, destaca su bóveda de cañón que, en teoría, simboliza el firmamento celeste. Esta bóveda está sostenida por cuatro columnas dispuestas como los puntos cardinales y, cuyos capiteles, decorados con figuras mitológicas, son bastante llamativos.
San Pedro de Villacadima.
La simplicidad del patrimonio románico
San Pedro de Villacadima es otro de los nombres destacados dentro del arte románico de Guadalajara. La ermita se encuentra muy cerca del límite con Soria, entre el áspero y calizo paisaje de la Sierra de Pela.
Puede sonarnos lejos, pero realmente está a menos de 10 minutos en coche de Campisábalos.
Al tratarse de un terreno calizo y al haber sido construida la iglesia en sillería de la piedra local, esta ermita tiene un color muy claro, casi blanco.
Originalmente, la ermita tenía una sola nave y una torre campanario adosada. Sin embargo, en reformas posteriores se añadieron otras dos. Llama la atención su arco de entrada, adornado con muchos lóbulos y motivos geométricos y vegetales. En la base de estas arquivoltas se encuentran unos canecillos muy similares a los que veíamos en Campisábalos, por lo que son varias las teorías que sugieren que podrían haber salido del mismo taller mudéjar que labró los primeros.
Coronando el pórtico, encontramos un escudo con dos llaves cruzadas, símbolo del apóstol San Pedro.
Cuando 'menos' es 'más'
Las arquivoltas de San Pedro, decoradas con motivos geométricos, son el mejor ejemplo de que la belleza del románico está en su simplicidad.
Cuando 'menos' es 'más'
Las arquivoltas de San Pedro, decoradas con motivos geométricos, son el mejor ejemplo de que la belleza del románico está en su simplicidad.
HACIA SIGÜENZA: RIBA DE SANTIUSTE, CARABIAS Y PALAZUELOS
En esta segunda etapa trataremos de desgranar el románico de la otra vertiente serrana. Con Sigüenza como corazón de la ruta, transitaremos por otras localidades cuyos ejemplos de arquitectura románica no son sólo en forma de iglesia.
Si continuamos por la CM-110 hacia Sigüenza, puntualmente discurriremos paralelos al Río Salado. Su nombre no es casual, pues a su paso, sus aguas recogen los minerales de varias salinas. Este río y su valle conforman una microrreserva con vegetación típica de los medios salinos a mas de 400km del mar.
A pesar de no tratarse de una construcción románica, hay que hacer referencia a las Salinas de Imón. Estas salinas son unas de las pocas explotaciones de sal que quedan en pie evidenciando un pasado glorioso. De hecho, llegaron a ser unas de las más productivas de España.
Desde la carretera, el peculiar color rosa de sus aguas llama nuestra atención. Éste se produce por la alta salinidad y bajo oxígeno del agua. Podemos hacer una parada en uno de los almacenes que aún se conservan junto al pórtico columnado.
Su visita es libre.
El castillo románico de Riba de Santiuste. Una fortaleza engarzada en las rocas
Desviándonos momentáneamente por la GU-170, llegamos hasta Riba De Santiuste.
Desde lo alto de un cerro se levanta ante nosotros su castillo montano. Inexpugnable, prácticamente engarzado en las rocas, parece sacado de una escena de cine. Su restauración, relativamente reciente, hace que se encuentre en un excepcional estado de conservación.
Fue construido en época andalusí con algunos elementos románicos. La primera referencia que se tiene de él es en el siglo XII, durante el reinado de Alfonso VI. Encaramado al cerro donde se encuentra, este castillo era prácticamente inaccesible. La empinada pendiente del terreno impedía asediarlo sin rodear el cerro completo.
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Iglesia del Salvador de Carabias. El románico rural mejor conservado.
Unos kilómetros antes de llegar a Sigüenza dejamos de nuevo la carretera principal para coger la GU-135. Ésta nos permite llegar a la pedanía seguntina de Carabias, donde encontramos uno de los ejemplos mejor conservados del románico rural. Ésta es la Iglesia de la Transfiguración del Señor o del Salvador de Carabias, que data del siglo XIII.
Situada en la plaza mayor de la localidad, su galería porticada queda abierta a los cuatro puntos cardinales. Sus arcos de medio punto están conformados por columnas dobles, y sus capiteles decorados con motivos vegetales de acanto.
Se dice que los canteros que trabajaron en la Iglesia del Salvador, también decoraron los pórticos de la Catedral de Sigüenza.
Palazuelos y su conjunto románico amurallado
Al desviarnos hacia Carabias, descubriremos otra de las pedanías de Sigüenza. Hablamos de Palazuelos, otra de las visitas de interés en este recorrido.
Su urbanismo pertenece evidentemente a la Edad Media, pues conserva su casco histórico intramuros. De hecho, algunas de las viviendas permanecen adosadas al lienzo de la muralla.
Tanto el castillo como la muralla de Palazuelos datan del siglo XV. El castillo fue mandado construir por el Marqués de Santillana, y se atribuye su autoría a Juan Guas. Ambos fueron declarados bienes de interés cultural en 2002. De esta forma quedaron reconocidos a nivel nacional.
En su interior, además, podemos visitar la Iglesia de San Juan Bautista, de puerta y espadaña románicas. Como muchas iglesias del recorrido, fue reformada y ampliada en el siglo XVI. En su interior, sin embargo, conserva un precioso artesonado de madera de la época mudéjar.
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Sigüenza: la esplendorosa villa románica
Finalmente, y tras unos 7km llegamos a Sigüenza. Esta esplendorosa villa medieval tiene uno de los cascos históricos más bonitos y mejor conservados de toda la provincia. No en vano es el segundo destino que más turismo recibe en la comunidad de Castilla La Mancha.
La Catedral de Sigüenza. A medio camino entre la espiritualidad y la fortaleza
Lógicamente, no podemos hablar de arte románico sin prestar especial atención a la Catedral de Sigüenza, cuya construcción comenzó en el año 1124 por orden del obispo Bernardo de Agén.
Aunque merecería una entrada para sí misma, nos centraremos de momento en mencionar sus vestigios románicos, que son numerosos.
Para empezar, se trata de un edificio que encaja por completo en los cánones románicos: tres naves con cuatro tramos y rematado en su fachada por dos torres a ambos lados del crucero. Su planta también incorpora cinco ábsides semicirculares.
Para empezar, se trata de un edificio que encaja por completo en los cánones románicos: tres naves con cuatro tramos y rematado en su fachada por dos torres a ambos lados del crucero. Su planta también incorpora cinco ábsides semicirculares.
Posiblemente porque en un inicio estuvo integrada en la muralla de la ciudad, el aspecto de la catedral es más robusto que el de otras de su estilo.
Aunque su construcción original finalizó en el siglo XV, en aquel entonces no lucía tan majestuosa como la conocemos actualmente.
Especialmente llamativo es el rosetón que se abre a la Plaza Mayor de la ciudad y que, al contrario de lo que podamos pensar, no se trata de un elemento añadido a posteriori durante el gótico.
Son pocos los ejemplos de rosetones construidos durante época románica, siendo un elemento que se atribuye generalmente al periodo gótico. De hecho, el de la Catedral de Sigüenza es el único que encontramos en España que date de esta época.
Son pocos los ejemplos de rosetones construidos durante época románica, siendo un elemento que se atribuye generalmente al periodo gótico. De hecho, el de la Catedral de Sigüenza es el único que encontramos en España que date de esta época.
Muy notables son también los canecillos que se conservan bajo las cornisas, aunque dadas las dimensiones de la obra, suelen pasar desapercibidos.
Aunque la mayoría de elementos románicos se refieren a su estructura y elementos ornamentales arquitectónicos, no podemos dejar de visitar su interior, que guarda grandes tesoros artísticos.
Especial mención merecen su mítico Doncel de Sigüenza o La Anunciación pintada por El Greco.
Iglesia de Santiago de Sigüenza.
Lógicamente, la influencia arquitectónica y artística de La Catedral de Sigüenza fue tan enorme, que las construcciones románicas que se levantan a su alrededor, beben de ella.
Por ejemplo, las portadas de las iglesias románicas de Santiago y San Vicente guardan una importante similitud con ella.
Por ejemplo, las portadas de las iglesias románicas de Santiago y San Vicente guardan una importante similitud con ella.
Al igual que sucedía con la Catedral y la muralla, la Iglesia de Santiago se encuentra totalmente integrada entre las edificaciones de la ciudad hasta tal punto que que el acceso a su cripta se realiza a través de una vivienda particular.
Eso sí, por este mismo motivo, su fachada es la única muestra de arte románico visible desde el exterior.
Lo más impactante de esta iglesia es la fina ornamentación tallada a lo largo de las arquivoltas de la portada, así como de las columnas y los capiteles sobre las que se apoyan.
Su estructura presenta una sola nave rectangular, cuya espadaña quedó sin terminar. Las nervaduras de su bóveda se apoyan en capiteles decorados con motivos vegetales.
Hoy en día, la iglesia alberga el Centro de Interpretación del Románico Rural de Guadalajara.
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Iglesia de San Vicente.Vértice del triángulo románico de Sigüenza
Integrada también en el urbanismo de Sigüenza, de San Vicente llama especialmente la atención el hecho de que, tanto la portada como su arco, estén descentrados. Se especula con que se debió a motivos técnicos durante su construcción.
La Virgen Gótica que flanquea la entrada, en cambio, se encuentra en su posición correcta y parece bendecir a todos aquellos que transitan por la Calle San Vicente.
Su estructura es liviana, casi sin apoyos, lo que le otorga un aspecto ligero si la comparamos con otras iglesias de la época.
Un Cristo policromado, este sí, de época románica (XII-XIII), preside su altar.
MÁS ROMÁNICO RURAL EN GUADALAJARA
Por supuesto, existen otros ejemplos de románico rural a lo largo de la provincia de Guadalajara. Sin embargo, les hemos dedicado este otro apartado por encontrarse algo apartados de los recorridos anteriores.
Románico entre la Sierra Norte y la Campiña
La Asunción, en Pinilla de Jadraque
En la localidad de Pinilla de Jadraque, situada entre la campiña y la serranía, encontramos La Iglesia de la Asunción, una bonita ermita del siglo XIII.
A diferencia de otras construcciones, se alza sobre un podio construido en sillería.
La iglesia conserva excepcionalmente su galería porticada, donde lucen magníficamente sus capiteles con decoraciones que fluctúan entre los motivos vegetales o las escenas bíblicas.
La cornisa, adornada como ya hemos visto en otros ejemplos, con canecillos, y su espadaña con cuatro campanas, también son originales de estilo románico.
Todo ello la ha hecho ser merecedora de su reconocimiento como Bien de Interés Cultural, y sin duda es un tesoro románico digno de ser apreciado.
Iglesia de San Miguel, en Beleña de Sorbe
Aunque su construcción comenzó a finales del siglo XII, el núcleo principal románico de la iglesia de Beleña data del siglo XIII.
Es una pena que la cabecera original románica se reemplazase por otra de estilo tardogótico.
Aún así, no le resta ello belleza a todo su conjunto, que podríamos calificar de "uno de los más hermosos de la provincia". Su galería porticada es significativamente bella y, aunque algún día sus capiteles lucieron decorados con motivos vegetales al estilo cisterciense, actualmente han perdido bastante detalle.
Sin embargo, el pórtico de entrada en el muro meridional compensa esta pérdida luciendo un precioso calendario agrícola al estilo de Campisábalos con 14 relieves, los cuales se encuentran más protegido que este último por refugiarse bajo una de las arquivoltas.
Sin duda constituyen uno de los grandes ejemplos escultóricos del románico castellano.
Los Monasterios Románicos Cistercienses
Ruinas de San Salvador de Pinilla
En la misma localidad de Pinilla de Jadraque, podemos encontrar las ruinas de San Salvador De Pinilla. Este monasterio cisterciense femenino se fundó en el siglo XIII y mantuvo su actividad hasta finales del XVI.
Aunque su estado de conservación no es bueno, su ábside aún se mantiene intacto. Tanto los canecillos como los capiteles de las columnas muestran restos algo desgastados de las decoraciones que en su momento lucieron.
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Santa María de Bonaval.
Idílico entorno en el Valle del Jarama
Tras siglos abandonado en el tiempo como el monasterio de San Salvador, en 2017 comenzó su proceso de restauración gracias a la plataforma Salvemos Bonaval.
Tras esta primera etapa de obras, que culminaba en 2019, su estado ha mejorado notablemente.
También han comenzado a organizarse visitas guiadas al recinto, que puedes reservar a través de su web.
Fue también construido y habitado por monjes de la orden del Cister. Ubicado en pleno Valle del Jarama, cerca de la localidad de Retiendas, es una de las más bellas obras tardo románicas de la zona. De hecho, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1992. Un idílico paseo junto al río Jarama salpicado de robles, encinas y arces nos lleva hasta él.
En su momento la extensión del monasterio debió de ser considerable. En los alrededores aún hayamos restos de otras dependencias, molinos, etc. Sin embargo, a día de hoy, sólo se conserva la Iglesia de Santa María de Bonaval.
El Románico de la Alcarria y del Alto Tajo
Alejadas de la zona de la Sierra Norte, existen otras muestras de Arte Románico en la provincia de Guadalajara. Aunque comparten algunas características con los templos rurales, estas construcciones tienen grandes pretensiones arquitectónicas.